"El problema de sacar fotos en un show de volcadas es que nunca vas a saber dónde va el jugador a volcar la pelota, especialmente si se trata de Michael Jordan. Habitualmente Jordan volcaba la pelota y para la foto quedaba de espaldas.
Aquella vez lo vi sentado en la tribuna tres horas antes del concurso y le dije a Michael: ¿'Me podrías decir dónde vas a volcar la pelota así yo me puedo mover y tener tu cara en la foto'?. El me miró cómo si yo estuviese loco, pero después me dijo: 'Seguro, antes de que la vuelque te voy a indicar con mi dedo índice sobre mi rodilla para mostrarte hacia dónde voy'".
'¿Te vas a acordar?', le pregunté. 'Seguro', me dijo.
Cuando anunciaron su nombre antes de su turno lo miré sentado en el banco y estaba señalando sobre su rodilla el sector izquierdo. Entonces me levanté y me moví hacia el lado derecho así podía tomar la cara. Siempre fue a la izquierda en cada volcada. En los dos últimos intentos despegó desde la línea de libres. La penúltima vez cayó sobre mí y me dijo: 'Correte un poquito a la izquierda así me das un poco más de espacio'. Y así fue cómo se hizo.