Globo de Oro a Trent Reznor consolida unión entre soundtracks y grandes músicos

Hasta hace poco, gran parte de la música para películas se fabricaba bajo dos maniobras bien definidas: se encargaba a compositores especializados en el rubro (lo que permitió el ascenso de nombres como John Williams, Hans Zimmer y tantos otros), o descansaba en canciones ya estrenadas por estrellas pop de diverso calibre (lo que permitió el prestigio del olfato musical de Scorsese o Tarantino).Pero 2010 vio la escalada de una nueva forma de encarar el tema: músicos y bandas de extensa trayectoria comenzaron a componer la totalidad de los soundtracks. Superestrellas de amplio cartel trabajando como cirujanos en la escenografía sonora de una nueva cinta. La labor de Trent Reznor, voz y cerebro de Nine Inch Nails, para el filme Red social fue el paradigma del nuevo maridaje entre música y pantalla grande. De hecho, se trata del trabajo que consolidó la alianza: este domingo, Reznor y el productor inglés Atticus Ross se llevaron un Globo de Oro a Mejor Banda de Sonido por el álbum que teje una electrónica espectral y de baja frecuencia, y que los analistas dicen que también corre como favorito para el Oscar.Aunque el norteamericano lucía experiencia en cintas importantes -participó en Asesinos por naturaleza y Carretera perdida-, es primera vez que factura una obra completa para un filme. Más que una victoria personal, fue el triunfo de una tendencia asimilada también por otros insignes de los beats y que tiene asomos de expansión para este año. De hecho, el propio Reznor volverá a trabajar para el director David Fincher: la sociedad se repetirá en The girl with the dragon tattoo, la nueva adaptación al cine de la trilogía Millenium que prepara el cineasta.Para esta misma temporada se esperan otros dos soundtracks similares. Y ambos para abril: mientras el dúo The Chemical Brothers hará todas las canciones de Hannah, el nuevo proyecto de Joe Wright, otra pareja artística británica, Basement Jaxx, hará lo propio con Attack the block, de Joe Cornish. Los hermanos químicos, que musicalizarán el largometraje que cuenta la historia de un asesino a sueldo, fueron contactados por el propio director, inclinado durante años por las texturas orquestales. Por su parte, Basement Jaxx ha prometido mantener su estilo para una comedia de ciencia ficción que muestra a un grupo adolescente enfrentando un ataque alienígena.Aparte de Reznor, el caso más vistoso del año pasado fue el de Daft Punk, el dúo francés que creó la música de Tron: el Legado -contactados por el gigante Disney para uno de sus proyectos más ambiciosos- y que hasta se ganó la rechifla de sus fans más ortodoxos por despojarse de su faz sintética, para acomodarse a un aparataje de 80 músicos. James Murphy, el hombre tras LCD Soundsystem y quizás la última gran figura de la electrónica, hizo casi la totalidad del soundtrack de Greenberg, filme de Noah Baumbach (protagonizado por Ben Stiller) que relata la historia de un ex músico que intenta retomar su carrera."Parece que el cine más joven y la electrónica se están llevando bien", teoriza The Guardian. De algún modo, la conveniencia mutua explica la química entre ambos géneros: los directores pueden dar instrucciones precisas a grandes bandas acostumbradas a usar el registro audiovisual como sustrato y cuya aparición en los créditos representa un plus para la cinta; y los conjuntos, sin las grandes vitrinas de antaño ante la debacle en la venta de discos, ocupan la plataforma de un largometraje para publicitar una obra completa. El propio Reznor, que detestaba Facebook (Red social cuenta la historia de su creador), aceptó facturar su sonido bajo esa premisa. Que casi todos los elegidos en esta nueva dinámica sean emblemas de la electrónica tampoco es casualidad: hastiados de soundtracks concebidos a los pies de una orquesta o de música incidental, los directores han visto en el género un sonido que se acomoda mejor a sus temáticas modernas o futuristas. Un matrimonio que promete proyección y estabilidad.