A los 87 años, Doris Mary Ann Von Kappelhoff , mas conocida como Doris Day, todavía es capaz de sumar más distinciones y batir nuevos récords. Hay dos ejemplos muy recientes: el último es el premio a la trayectoria que hace unos días la Asociación de Críticos de Los Angeles la reconociò como la máxima estrella femenina de los años sesenta.
El otro es que en septiembre, se convirtió en la artista de mayor edad que ingresa en el top ten de los álbumes más vendidos en Gran Bretaña con My Heart , una compilación de grabaciones inéditas de la artista que no sólo merecieron el apoyo del público, sino también el franco elogio de la crítica: "Lánguida, sensual, el tono puro, claro y la expresión perfecta, la voz de Doris Day es eternamente cautivante", escribió el Telegraph. "Técnicamente impecable, irresistiblemente seductora en el tono, es difícil de pensar en otro cantante de su tiempo que sea capaz de ofrecer al oyente tamaño placer", dijo la BBC.
Para muchos, sobre todo los más jóvenes que sólo la conocen en el viejo celuloide hollywoodense, habrá sido un descubrimiento. Seguramente porque ignoran que ella era una cantante consagrada antes de convertirse en la estrella de comedias con Rock Hudson, Cary Grant, James Garner o Howard Keel y de probar sus condiciones en papeles dramáticos al lado de James Cagney ( Amame o déjame , 1955), en thrillers ( Encaje de medianoche , 1960) o a las órdenes de Hitchcock ( En manos del destino , 1956), donde cantaba su célebre "Qué será será".
Eso se dijo a sí misma cuando se atrevió a rescatar el registro que su hijo Terry había producido poco antes de su muerte en 2004 y que mezcla relecturas de viejos éxitos con canciones desconocidas. Y fue lo que debía ser: un éxito.
A Doris no le gusta demasiado salir de su residencia en Carmel, pero niega estar recluida. Y aunque recuerda bien sus tiempos felices en Hollywood no se deja llevar por la nostalgia ni por los malos recuerdos de su vida personal (se casó cuatro veces; un marido le pegaba; el segundo la abandonó; el tercero le robó todo su dinero).
Las razones de su éxito en el cine siguen siendo un misterio para ella, salvo que se deba a que disfrutaba mucho haciéndolo. "Los guiones me divertían y todo resultaba muy natural para mí", dijo hace poco. Pero también dijo que no le gusta nada el cine que se hace en la actualidad. Y si su disco es luminoso es porque responde al ánimo optimista que conserva. "Es perder el tiempo lamentarse por los antiguos golpes o por el paso del tiempo -dice-; en cambio es fácil sentirse bien. Basta poner música y bailar. Solo, no importa cómo. Lo recomiendo."
fuente: Fernando López, La Nación