Sólo sus verdaderos fanáticos pueden soportar tanta espera. Luego de que se supiera, durante la semana, que sus seguidores de Sao Paulo y Montevideo esperaron por más de 4 horas para que se diera inicio al concierto en esas respectivas ciudades, se preveía que el polémico líder de Guns N’ Roses, Axl Rose, tuviera la misma actitud en Chile.
Su llegada a Chile en un vuelo privado se produjo recién a las 23:20 de la noche y denotó que el líder de la emblemática banda mantiene las mismas actitudes de rockero divo de sus mejores años.
En el Movistar Arena, 15 mil fanáticos esperaban impacientes que se diera inicio al espectáculo. A las 00:25 minutos recién comenzó el show, con Axl y el resto de los integrantes, quienes también esperaban a su líder desde el jueves cuando llegaron al país en un avión comercial.
Los primeros acordes de “Chinese Democracy”, el primer single de su último álbum y que da el nombre al tour, hicieron olvidar fácilmente a sus fans las largas horas de espera y continuaron con un ánimo efervescente con los siguientes éxitos más recordados como “Welcome to the jungle” e “It’s so easy”.
Vestido de jeans, chaqueta oscura y sombrero negro Axl Rose, el único miembro original de la agrupación, evidenció que su voz ya no era la misma desde su última visita en 1992 sin embargo, poco les importó a su público, quienes se rindieron a la nostalgia y corearon a todo pulmón exitazos como “November Rain”, “Sweet child o' mine”, “Knocking on heaven's door” y “Patience”, tema que tras el atraso cobró más sentido que nunca.
Luego de 2 horas 45 minutos de canciones, el show de Guns N’ Roses acabó cerca de las 3 de la madrugada con sus más acérrimos seguidores satisfechos de presenciar por segunda, y algunos por primera vez, el concierto de uno de los últimos caprichosos del rock.
