Era cantado que la transformación de Meryl Streep en Margaret Thatcher iba a quedarse con el mejor maquillaje, como ocurrió. Otra esperada estatuilla, la de mejor película en lengua extranjera (aquella a la que no llegamos con Aballay) fue para la iraní A separation.
La carrera actoral empezó con el rubro de actriz secundaria. Octavia Spencer, que interpreta a una mucama en Historias cruzadas, se lo llevó y derramó las primeras lágrimas en su flamante estatua, dejando atrás a la esperanza argentina, Berenice Bejo, de El artista, que se quedó sin el ansiado premio por su trabajo como Poppy, la joven promesa del cine mudo. Y allí se fue la esperanza de algunos de tener a un compatriota en el podio dorado. Otra vez será.
Para todos un poco
La chica del dragón tatuado se llevó el premio a la edición y los de edición y mezcla sonido que fueron derecho para La invención de Hugo Cabret, que así llegó a los cuatro premios.